Un mundo de ILUSIONES

Este lugar es habitado por las niñas y los niños perdidos liderados por el héroe o quizás heroína, Peter Pan. La población de dicho país agrupa también a temibles piratas como el Capitán Garfio y salvajes indios. Otros tipos de seres como el hada, Campanilla y el Cocodrilo que se llevó la mano del Capitán Garfio habitan este lugar donde el tiempo no avanza y las aventuras predominan por cualquier rincón. De acuerdo con la leyenda, si alguien desea llegar a este lugar deberá de girar la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer.

sábado, 28 de febrero de 2009

Tomará ventaja el que alimentemos mejor


LOS LOBOS

Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos acerca de la vida.Les decía:
...- una vieja pelea está ocurriendo dentro de mí, es entre dos lobos; uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, competencia, superioridad, egolatría.

El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y fe.

Esta misma pelea esta ocurriendo continuamente dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra...

Los chicos se quedaron pensativos, y uno de ellos preguntó a su abuelo:

- ¿ Cual de los lobos ganará? ...y el viejo cacique respondió simplemente ...

-"el que alimentes"-...

viernes, 27 de febrero de 2009

La cosa no es para tanto...


Para pensar y no dejar pasar
Una vez un miembro de la tribu se presento furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente. ¡Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad!...
El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo.
El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol.
Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa.
Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.
También esta vez el hombre cumplió su encargo y gasto media hora meditando. Después le pareció excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos. Cómo siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores. El hombre medio molesto pero ya mucho mas sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca. Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho ".
El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que tenia que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras vos mismo".


Del cuento: “LAS TRES PIPAS” de Mamerto Menapace

jueves, 26 de febrero de 2009

Tenemos la capacidad de soñar y la oportunidad de hacer realidad nuestros sueños…


El sueño de la oruga
Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes:
- ¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
- Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el saltamontes dijo, mientras su amigo se alejaba:
- ¡Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar?
- ¡Tú, una simple oruga!. Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
La oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.
Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir de su sueño!
-¡No lo lograrás jamás! - le dijeron -, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar:
- Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal mas loco del pueblo.
Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió "por querer realizar un sueño irrealizable".
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una ADVERTENCIA PARA LOS ATREVIDOS. De pronto quedaron atónitos.
Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: UNA MARIPOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Honrarás a tu padre y a tu madre


El cofre de vidrios rotos
Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar.
Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana.
El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos. — No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga. Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.
A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.
El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies. — ¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa.— Oh, nada -respondió el anciano-, sólo algunas cosillas que he ahorrado.Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo. — Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años -susurraron.
Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y lo cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.
Al fin el anciano padre enfermó y falleció. Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos. — ¿Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia sus hijos!— Pero, ¿qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días.— Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños. Pero el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre.
Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción que el padre les había dejado en el fondo: “Honrarás a tu padre y a tu madre”.
El cofre de vidrio roto / William J. Bennet

martes, 24 de febrero de 2009

Aceptar nuestras limitaciones, hacer lo mejor posible lo que está en nuestras manos y no engañarnos con falsas ilusiones.


Kattor, el osado
Cada día es una nueva sorpresa para el joven tigre llamado Kattor. Se divierte aplastando ramas o arañando con vigor la corteza de los árboles, sintiéndose cada vez más valiente y poderoso. Ahora que su cuerpo es más robusto, observa cómo muchas de las criaturas del bosque le temen y huyen de él, y eso le produce una agradable sensación interna de poder.
La fuerza de Kattor aumenta día tras día, y pronto cree que no hay nada en el mundo que no pueda dominar. Pero una mañana el cielo amanece más oscuro que de costumbre y se desata una terrible tormenta.
- ¿Qué es eso tan fuerte que puede doblegar y hasta romper árboles? – pregunta sorprendido Kattor a su madre.
- Es el viento – responde ella.
Al ver que existe algo tan potente, decide desafiar al viento. Ruge y enseña sus afilados dientes, pero las ráfagas se hacen todavía más fuertes y parecen burlarse de él.
- ¡Te venceré! – grita Kattor furioso, mas las tormenta ahoga su voz.
Durante largo tiempo, Kattor lucha dando zarpazos en el aire, corriendo de un lado al otro para ahuyentar al obstinado viento. La lluvia anega sus ojos, los relámpagos le asustan y ciegan por instantes y, finalmente, se deja caer en el suelo, exhausto.
Pero, justo en ese momento, cesa el vendaval y Kattor cree haber derrotado a esa fuerza invisible tan poderosa. De modo que, cuando despierta al día siguiente, se siente todavía más audaz y con más fuerza. Sale a dar un paseo con el pecho henchido y llega hasta el borde de una montaña, la más alta que ha visto nunca.
- ¡Apártate de mi camino! – exclama Kattor desafiante a la montaña.
Pero la montaña no se mueve. Rabioso ante su impertinencia, Kattor empieza a luchar contra ella, arañando y arrancando piedras, hasta que sus fuertes patas empiezan a sangrar. Al caer el sol, decide cesar en su forcejeo no sin antes retar a la montaña para el día siguiente. Con el aliento entrecortado y los ojos llenos de polvo, Kattor dice:
- Prepárate porque, mañana, cuando salga el sol, regresaré para vencerte.
Pero Kattor no sabe que el sol de la mañana se encuentra en un lugar diferente que el de la tarde. Así que, al día siguiente, dirige sus pasos equivocadamente hacia el este.
Camina durante mucho tiempo sin divisar la montaña por ningún lugar. De pronto, un estremecimiento de placer recorre todo su cuerpo: ¡Ha asustado a la montaña y esta se ha retirado para no encontrarse de nuevo con él! ¡Cuán fuerte y poderoso es!
El joven tigre está lleno de orgullo y satisfacción; parece que nada ni nadie es capaz de vencerle. Pero, un buen día, descubre ante él una inmensa extensión d eagua: el mar. Sus ojos no logran divisar dónde termina y cree que es lo más grande e importante que ha visto jamás en su vida. Pero, entonces recuerda que ha conseguido conquistar al viento y a la montaña, y decide desafiar también al mar.
- ¡Apártate de mi camino! – dice Kattor dirigiéndose hacia el agua.
Pero el mar sigue acercándose y moja sus patas, mientras ke reta con el fragor de sus olas. Entonces, Kattor se lanza enfurecido contra el oleaje, mordiendo y peleando, pero sin encontrar manera de agarrar el agua.
Así permanece hasta que agota por completo sus fuerzas. Decide entonces cejar en su empeño y volver a su guarida a descansar. Al regresar, ¡cuál e ssu sorpresa al descubrir que el mar ha retrocedido! Grandes extensiones de arena húmeda se despliegan frente a él y, al no saber de la existencia de las mareas, Kattor cree que también el mar se ha acobardado.
Orgulloso, Kattor corre a explicar sus hazañas a su madre. Esta lo escucha pacientemente y, después, le dice que al día siguiente quiere acompañarlo a un nuevo lugar.
Por la mañana emprenden juntos la marcha. La madre conduce al joven tigre hasta lo más alto de un pico rocoso. Lo primero que percibe Kattor es la fuerte brisa de la cumbre en el rostro.
- Es el viento – dice la madre de Kattor.
El joven tigre se pregunta enojado cómo se ha atrevido el viento a regresar. Pero, antes de que pueda decir nada, ve que a cierta distancia se encuentra la enorme montaña que creyó haber asustado.
- Es la montaña- dice la madre de Kattor.
Los pensamientos se agolpan en la mente del tigre. No logra entender cómo aparecen de nuevo la montaña y el viento que habían huido aterrorizados ante su empuje. Pero, cuando quiere preguntarle a su madre, ve que esta se ha dirigido al extremo más lejano d ela cumbre y que, desde allí, mira hacia lo lejos. Kattor se acerca despacio y, en el filo del promontorio, descubre el inmenso mar. Es mucho más grande e imponente de lo que había imaginado.
- Es el mar- le dice su madre.
Al darse cuenta de que sus victorias no han sido más que ilusión, Kattor se siente desolado. Baja la cabeza y las lágrimas empiezan a cubrir sus ojos. Entonces, su madre se acerca a él y le dice:
- Kattor, hace falta mucho más que un tigre para detener el viento, mover una montaña o hacer retroceder el mar. Intenta hacer bien lo que pueden hacer los tigres, nada más, y así lograrás ser feliz.

La historia de Kattor, de Georgia Travers, cuento extraído y adaptado de El Mundo de los Niños.

lunes, 23 de febrero de 2009

Los mejores logros...con lo bueno de cada un@


ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron para arreglar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido, y se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas, y concentrémonos en nuestras virtudes”.La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.Cuando el personal de un equipo de trabajo suele buscar defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, florecen los mejores logros. Es fácil encontrar defectos —cualquier necio puede hacerlo—, pero encontrar cualidades es una labor para los espíritus superiores que son capaces de inspirar el éxito de los demás.

domingo, 22 de febrero de 2009

Con cicatrices ya no se es lo mismo


Cicatriz en tu puerta
Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería; clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves."
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastará, y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones.

sábado, 21 de febrero de 2009

Para qué los "corre ve y dile"?? Pues..."pa na"...


Las tres rejas
El joven discípulo de un sabio llega a casa de éste y le dice: -Oye, maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! lo interrumpe el maestro-. ¿Ya has hecho pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

-¿Las tres rejas?

-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

-No. Lo oí comentar a unos vecinos.

-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

-No, en realidad no. Al contrario...

-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

-A decir verdad, no.

Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno ni necesario, enterrémoslo en el olvido.

viernes, 20 de febrero de 2009

Hay cieg@s pero invisibles No.


El día que me volví invisible
"No sé a cómo estamos hoy".En esta casa no hay calendarios y en mi memoria los hechos están hechos una maraña. Me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unos primores ilustrados con las imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador, ya no hay nada de eso, todas las cosas han ido desapareciendo, y yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta. Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció, después me pasaron a otra más pequeña aún, acompañada de una de mis bisnietas. Ahora ocupo el cuarto de los trebejos, el que está en el patio de atrás. Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se les olvidó, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos. Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me he pasado semanas buscando un lápiz, y cuando al fin lo encontraba, se me olvidaba dónde lo había puesto. A mis años las cosas se pierden fácilmente. La otra tarde me di cuenta que mi voz también había desaparecido, porque cuando le hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan, todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos escuchando atenta lo que dicen. A veces he intervenido en la conversación, segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno y les va a servir de mucho mis consejos.Pero no me oyen, ni me miran, y tampoco me responden; entonces llena de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de café. Lo hago así para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido, y vengan a buscarme y me pidan perdón, pero nadie viene a verme. El otro día les dije que cuando me muriera entonces sí me iban a extrañar, y el nieto más pequeño me dijo: ¿Abuela es que estás viva? Les causó tanta gracia que no paraban de reír. Estuve tres días llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio. Fue entonces cuando me convencí de que soy una persona invisible: me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, pero mi hija me mira y sigue barriendo sin tocarme, y los nietos pasan corriendo de un lado a otro sin tropezar conmigo. Cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil; le llevé un té especial que yo misma preparé; se lo puse en la mesita y me senté a esperar que se lo tomara, sólo que estaba viendo televisión y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia; el té se fue enfriando poco a poco, mi corazón también. Un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo, me puse muy contenta, ¡hacía tanto tiempo que no salía, y menos al campo! El sábado fui la primera en levantarme, quise arreglar las cosas con calma, los viejos nos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban bolsas y juguetes al carro.Yo ya estaba lista y muy alegre me paré en el zaguán a esperarlos. Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en el bullicio, comprendí que yo no estaba invitada; tal vez porque no cabía en el auto o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque. Sentí cómo mi corazón se encogió, la barbilla me temblaba como cuando uno ya no aguanta las ganas de llorar. Vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero cosa curiosa, ya no cumplo años, nadie me lo recuerda, todos están tan ocupados... yo los entiendo, ellos si hacen cosas importantes: ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, y se besan. Yo ya no sé a qué saben los besos. Antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba tenerlos entre mis brazos como si fueran míos, sentía su piel tiernita y su respiración dulzona muy cerca de mí, la vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creí recordar; pero un día mi nieta Laura que acababa de tener un bebé, me dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños por cuestión de salud; entonces ya no me les acerqué más, por temor a que les pasara algo a causa de mis imprudencias. ¡Ahora siento mucho miedo de contagiarlos! Sin embargo, aunque los quiero mucho, voy a causarles un último contratiempo; mañana que es domingo, y no están tan atareados, se encontrarán con una sorpresa: ya tengo en mis manos el frasco de pastillas que me voy a tomar y no lo voy a soltar, con eso de que todo se me pierde, lo haré en la sala para que me encuentren pronto. ¡Dios Mío... que tengan dinero para mi ataúd y que no me guarden un mal recuerdo! Yo los bendigo a todos y los perdono, porque ¿qué culpa tienen los pobres de que yo me haya vuelto invisible? Les dejaré éste papel para que tomen sus precauciones. Con tantas cosas que se inventan hoy, estoy segura que habrá algo que puedan comprar para que siempre sean vistos y escuchados; para que el día de mañana no tengan que morirse estando muertos desde antes... como yo.

jueves, 19 de febrero de 2009

Aprender a arreglar el mundo...


El rompecabezas .
Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar medios de disminuirlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de siete años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuese a jugar en otro sitio. Viendo que sería imposible sacarlo de allí, el padre procuró algo que pudiese ser ofrecido al hijo con el objetivo de distraer su atención. De repente tomó un mapa del mundo de una revista, y con una tijera, recortó el mapa en muchos pedazos y, junto con un rollo de cinta adhesiva, lo entregó al hijo diciendo:
- ¿A ti te gustan los rompecabezas?. Entonces voy a darte el mundo para arreglar. Aquí esta el mundo todo roto. ¡Mira si puedes arreglarlo bien!. Hazlo todo solo. Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa.
Algunas horas, después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente: - Padre, padre, ya he hecho todo. ¡Conseguí terminar todo!
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Sería imposible en su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto. Entonces, el científico levantó los ojos de sus anotaciones, seguro de que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en los debidos sitios.
¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? - Tú no sabías como era el mundo, hijo mío, cómo lo conseguiste? - Padre, yo no sabía como era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de un hombre. Cuando tú me diste el mundo para arreglar, yo intenté pero no lo conseguí. Fue entonces que me acorde del hombre, di la vuelta a los recortes y empecé a arreglar al hombre que yo sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di la vuelta a la hoja y encontré que había arreglado el Mundo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

No te apures a juzgar lo que te depara la vida...


¿Buena o mala suerte?
A pesar de ser un campesino muy pobre, tenía un caballo extraordinario, tan fino que el señor del castillo quería comprárselo, pero el viejo labriego se rehusaba a vendérselo.
-Para mí, este caballo no es solamente un animal, es un amigo. ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?
Una mañana el labrador entró al establo y no encontró a su caballo. Al enterarse, los vecinos le dijeron:
- Te lo advertimos. Debiste haber vendido el caballo, te negaste y ahora te lo robaron.¡Qué mala suerte tienes!
El viejo hombre les respondía:- ¿Mala, o más bien buena suerte?
Todos se burlaban de él.
Dos semanas después, el caballo regresó seguido de una manada de potros salvajes.Su corcel había escapado detrás de una hermosa yegua y retornaba ahora con la manada entera siguiéndolos.- ¡Qué suerte! -exclamaron los vecinos.
El viejo hombre inició entonces con su hijo la tarea de domar los caballos. Una semana más tarde, el muchacho se rompió una pierna entrenando a los potros.
- ¡Qué infortunio! ¿Quién lo va a relevar, si no tiene cómo contratar a un reemplazo? –comentaron los vecinos.
El anciano les contestó:- ¿Mala, o buena suerte?
Pasaron unas semanas, cuando de repente el ejército real llegó al pueblo y enlistó a los jóvenes en sus filas. Todos fueron enrolados excepto el hijo del viejo, quien no les interesó, porque tenía una pierna fracturada.
- ¡Qué suerte tienes! -le dijeron los vecinos llorando-. A nuestros hijos se los llevaron a la guerra y probablemente morirán, mientras tu hijo permanecerá contigo.
Conmovido, el viejo hombre replicó:- Buena o mala suerte, ¿quién sabe?

martes, 17 de febrero de 2009

Y a ti, ¿qué te impide volar?


El elefante y la alondra
El elefante y la alondra eran amigos. La alondra le señalaba al elefante los rincones mas sombreados de la selva, y el elefante protegía con su presencia nocturna el nido de la alondra de serpientes voraces y ardillas rapaces.Un día el elefante le dijo a la alondra que le tenia envidia por poder volar. ¡Cuanto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier momento! Pero con su peso... ¡era imposible!La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una pluma de la cola y le dijo: "Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente las orejas arriba y abajo" El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía. Poco a poco noto que se levantaba, despegaba, se sostenía en el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda facilidad. Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzo por lo alto el río profundo que había marcado el limite de su territorio, exploro paisajes desconocidos, y volvió al fin, feliz y contento a aterrizar al sitio donde había dejado a la alondra. "No sabes cuanto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo. Y se la guardo cuidadosamente detrás de la oreja para volver a usarla en cuanto quisiera volar otra vez.La alondra le contesto: "Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de todos modos, y era inútil" Pero tenia que darte algo para que creyeras, y se me ocurrió eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas"

lunes, 16 de febrero de 2009

¿Sabes que tienes alas ?


¿Cuál es tu rama?
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.Pasando unos meses, el maestro le informo al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabia que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejo desde el día que llegó. Encargo entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aun continuaba inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
El rey le dijo a su corte, traedme al autor de ese milagro. Su corte rápidamente le presento a un campesino. El rey le pregunto; .- ¿Tu hiciste volar al halcón? ¿Como lo hiciste? ¿Eres mago? - Intimidado el campesino le dijo al rey: - Fue fácil mi rey, solo corte la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenia alas y se lanzó a volar.

domingo, 15 de febrero de 2009

El ruido de las carretas...


La carreta vacía
Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de unpequeño silencio me preguntó:- ¿Además del cantar de los pájaros, escuchas alguna cosa más?- Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:- Estoy escuchando el ruido de una carreta.- Eso es -dijo mi padre-.Es una carreta vacía.Pregunté a mi padre:- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?Entonces mi padre respondió:- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía,... por causa del ruido.Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablandodemasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna oviolenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo demenos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:''Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace''La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demásdescubrirlas.Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen esdinero.Y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo, de un supuesto''Mi Mismo''.

sábado, 14 de febrero de 2009

Lo que mata al amor


El día que trataron de acabar con el amor
Hubo una vez en la historia del mundo, un día terrible en el que el odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes convocó a una reunión urgente con todos ellos. Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos mas perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: “los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien".Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre si quien sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más que uno le tenía ganas.El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará". Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron tan decepcionados. Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante.Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: En vista de que El Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará. Y empezó la ambición el ataque hacia su víctima quien, efectivamente cayó herida pero después de luchar por salir adelante renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar all amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró, y pensó, que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envío a la Frialdad, al Egoísmo, a la Cantaleta, La Indiferencia, la Pobreza, La Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: Nada que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos. De pronto de un rincón del salón se levanto un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte: "Yo mataré el Amor", dijo con seguridad.Todos se preguntaron quien era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo, ve y hazlo".Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar por fin EL AMOR HABÍA MUERTO.Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado y sin decir más se marchó.
Espera " dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿¿Quien eres??El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:SOY LA RUTINA.

viernes, 13 de febrero de 2009

Todo lo que puedes hacer...


Los niños y el hielo
En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sobre un lago helado sin preocupación.

De repente, el hielo se rompió y uno de los niños cayó al agua. El otro niño viendo que su amigo se ahogaba debajo del hielo, corrió a coger una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró romperlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo?
¡El hielo era muy grueso!. Era imposible que lo hubiera podido romper, con esa piedra y sus manos pequeñas!

En ese instante apareció un anciano y dijo: "Yo sé cómo lo hizo"... ”

¿Cómo?” - Le preguntaron al anciano y él contestó:

- "No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer".

jueves, 12 de febrero de 2009

Ser rey de si mismo


Los tres leones
En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convoco a una reunión para pedirles una toma de decisión:
Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. A cual de ellos debemos rendir obediencia? Cual de ellos deberá ser nuestro Rey? Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si: Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Pero luchar entre nosotros, no queremos ya que somos muy amigos. Necesitamos saber cual será el elegido, pero, como descubrirlo? Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones.Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. 3 van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey. La Montaña Difícil era la mas alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.El primer león intento escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajo derrotado.Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados, Como elegirían un rey? En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:Yo se quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa. Cómo?, preguntaron todos...
Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvian derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuche lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: - Montaña, me has vencido!

El segundo león dijo: - Montaña, me has vencido!

El tercer león dijo: - Montaña, me has vencido, por ahora! porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es mas grande que su problema: El es el rey de si mismo, esta preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado El Rey de los animales.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Un mundo de fueguitos..


Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
El libro de los abrazos.- Eduardo Galeano
Frases :

-De los miedos nacen los corajes, y de las dudas las certezas...

-El dolor es la sal que da gustito a la aventura humana...

lunes, 9 de febrero de 2009

La cenicienta que no quiso comer perdices

Para todas las mujeres y para los hombres de bien.

¿Cuantas puertas dejamos de abrir por el miedo a arriesgar...?


Abriendo puertas sin miedo
En una tierra en guerra había un rey que causaba espanto: A sus prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una puerta inmensa de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.
En esta sala les hacía formar un círculo y les decía: Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos por mis arqueros o pasar por aquella puerta.......detrás de esa puerta YO LOS ESTARÉ ESPERANDO.........
Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra un soldado que por mucho tiempo había servido al rey, se dirigió al soberano:
Señor ¿puedo hacerle una pregunta?
- Dime soldado
Señor: ¿que había detrás de la puerta? EL REY CONTESTÓ:
- Vé y mira tú mismo!!
El soldado abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y la luz invadió el ambiente y finalmente, sorprendido descubrió que........
La puerta se abría sobre un camino que conducía a la LIBERTAD!!!!
El soldado embelesado miró a su rey, quién le dijo:
Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCIÓN, pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esa puerta!!

domingo, 8 de febrero de 2009

Si nos programamos para fracasar, fracasaremos


Fabula del comerciante
Había una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía la radio, no leía los periódicos, ni veía la televisión. Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón: "Compren deliciosas albóndigas calientes". Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse mejor de su negocio. Y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara. Sin embargo, ocurrió algo importante. Su hijo le dijo: -"Padre, ¿pero no escuchas la radio, ni lees los periódicos? Estamos sufriendo una grave crísis. La situación es realmente mala; peor no podría estar". El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y escucha la radio. Sabe entonces lo que dice". Compró pues menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno a fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más. Después de un tiempo, el negocio estaba realmente afectado -"Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis".

sábado, 7 de febrero de 2009

De lo bueno, de lo regular y de lo malo...se aprende


El desafío del trigo
Un día un viejo campesino fue a ver a Dios y le dijo: "Mira, tú puedes ser muy Dios y puedes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte:
No eres un campesino, no conoces ni siquiera el principio de la agricultura. Tienes algo que aprender".Dios dijo: ¿Cuál es tu consejo?.El granjero le respondió: "Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos que pasa. La pobreza no existirá más.Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente éste pidió lo mejor y sólo lo mejor... ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo confortable y cómodo... y él era muy feliz.
El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol... había sol; cuando quería lluvia... había tanta lluvia como hiciera falta. Ese año todo fue perfecto, ¡matemáticamente perfecto!.El trigo crecía tan alto que el granjero fue a ver a Dios y le dijo: "¡Mira!, esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en 10 años, aun así tendremos comida suficiente".Pero hubo un problema...Cuando se recogieron los granos todos estaban vacíos. El granjero se sorprendió y le preguntó a Dios: "¿Qué pasó?, ¿qué error hubo?.Ante tal inquietud Dios le respondió: "Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tu evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente.
Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo".La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad. A esto se le llama lucha y esfuerzo. Entendiendo este secreto descubrirás cuan grande es la belleza de la vida, cuánta riqueza llueve sobre ti en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos.

viernes, 6 de febrero de 2009

La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar...


El dedo del rey
Cuentan que un rey tenía un consejero que ante circunstancias adversas siempre decía: "que bueno, que bueno, que bueno". Un día de cacería el rey se cortó un dedo del pie y el consejero exclamo: "que bueno, que bueno, que bueno".El rey, cansado de esta actitud, lo despidió y el consejero respondió: "que bueno, que bueno, que bueno".Tiempo después, el rey fue capturado por otra tribu, para sacrificarlo ante su dios. Cuando lo preparaban para el ritual, vieron que le faltaba un dedo del pie y decidieron que no era digno para su divinidad al estar incompleto, dejándolo en libertad.El rey ahora entendía las palabras del consejero y pensó: "que bueno que haya perdido el dedo gordo del pie, de lo contrario ya estaría muerto".Mandó llamar a palacio al consejero y le agradeció. Pero antes le preguntó por qué dijo "que bueno" cuando fue despedido. El consejero respondió: "si no me hubieses despedido, habría estado contigo y como a ti te habrían rechazado, a mi me hubieran sacrificado".


La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar. En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles.Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas.
Para cualquier dificultad en la vida existe una razón, que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el momento. No podemos entender el porqué de todas las paredes del laberinto, a menos que nos elevemos y veamos la figura completa.

jueves, 5 de febrero de 2009

Sobre la amistad y las malas influencias...


El Gusano Y El Escarabajo
Un gusano y un escarabajo eran amigos y se pasaban charlando largas horas.
El escarabajo estaba consciente de que su amigo el gusano era muy limitado en movilidad, tenia visión muy restringida y era muy tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.
El gusano, por su parte, estaba muy consciente de que su amigo el escarabajo venia de otro ambiente, y de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas desagradables, era muy acelerado, tenia una imagen grotesca y hablaba con mucha rapidez.
Un día, la compañera de vida del escarabajo le cuestionó a este su amistad con el gusano, preguntándole como era posible que caminara tanto para ir al encuentro de un ser tan inferior, un ser tan limitado en sus movimientos? y por que seguía siendo amigo de alguien que ni siquiera le devolvía los saludos efusivos que el escarabajo le hacia desde lejos.
Pero el escarabajo estaba consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni siquiera veía que alguien lo saludaba y, si acaso llegaba a notarlo, no distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo.
Sin embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera. Fue tanta la insistencia de la escarabaja y tantos sus argumentos cuestionando la amistad que su compañero mantenía con el gusano que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad alejándose del gusano para esperar a que este lo buscara.
Pasó el tiempo, y un día llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había resentido por los esfuerzos que cada día hacia para ir a ver a su amigo el escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano tenía que volver sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su propia casa.
Al saber esto, el escarabajo, sin preguntar a su compañera, decidió ir a ver al gusano.
En el camino se cruzo con varios insectos que le contaron de las diarias e infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el escarabajo y averiguar que le había pasado.
Le contaron de como se exponía día a día para ir a buscarlo, pasando cerca del nido de los pájaros. De como sobrevivió al ataque de las hormigas y así sucesivamente.
Llego el escarabajo hasta el árbol donde yacía el gusano esperando ya el momento final.
Y al verlo a su lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al escarabajo cuanto le alegraba ver que se encontrara bien.
Sonrió por ultima vez y se despidió de su amigo sabiendo que nada malo le había pasado a este.
El escarabajo sintió vergüenza por haber permitido que las opiniones de otros minaran su amistad con el gusano y sintió dolor por haber perdido las muchas horas de regocijo que las conversaciones con su amigo le proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto en una situación que le causó la muerte.
Al final entendió que el gusano, siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que el era, era su amigo, a quien respetaba y quería porque, a pesar de pertenecer a otra especie, le había ofrecido su amistad.
Y así el escarabajo aprendió varias lecciones ese día:
Primera:La amistad está en ti y no en los demás. Si la cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.
Segunda:El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo hacen las razas ni las limitantes propias o las ajenas.
Tercera:El tiempo y la distancia no son los factores que destruyen una amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.
Cuarta:Cuando pierdes un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores, las alegrías, las ilusiones. Todo lo que ambos compartieron en el tiempo, se va con él.
El escarabajo murió poco después. Nunca se le escuchó quejarse de quien mal lo aconsejó, pues fue decisión suya el prestar oídos a las criticas sobre su amigo.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Tenemos que aprender a ver... pues lo más importante, sólo se ve con los ojos del alma.


El jorobado
En un pueblo había un hombre que era todo bondad y que dedicaba su tiempo a ayudar a los demás. Pero ocurre que ese hombre, que siempre vestía con una capa larga hasta los tobillos, llevaba debajo de esa prenda una enorme joroba. Su aspecto era bello pero aquella joroba lo transformaba en un ser deforme y casi toda la gente del lugar se burlaba de él, le palmeaban la giba entre risotadas y no lo tenían en cuenta para nada a pesar de que él tenía en cuenta a todos y a cada uno, preocupándose y ayudándolos. Algunos, incluso, si estaban de malhumor le arrojaban piedras porque no les gustaba tener cerca a alguien a quien veían como una especie de monstruo. "Por algo será que Dios lo castigó de esa manera decían algunos que, por supuesto, desconocían si existía ese "algo" al que hacían mención. El hombre de la joroba, mientras tanto, bajaba la cabeza y jamás respondía a ninguna de las agresiones o los desprecios. Seguía yendo de un lado a otro del pueblo, bamboleando en cada paso el gran bulto que llevaba en su espalda, y ofreciéndose para lo que desearan. Un chico, solamente uno de los chicos del pueblo, lo trataba con amor, le sonreía, hablaba con él y lo tomaba de la mano para acompañarlo en sus recorridas. Un día, la gente del pueblo pareció ponerse de acuerdo para despertar de pésimo humor. Como este tipo de cosas es contable, discutiendo entre ellos por pequeñeces, empujándose, mirándose con mala cara. De repente apareció, como siempre el hombre de la capa y la joroba. Eso sólo les faltaba a los iracundos habitantes del lugar. Como en casos así, los humanos, por su curiosa forma de actuar, buscan descargar sus iras en los más indefensos, el hombre de la joroba fue de inmediato el blanco elegido por todos. De las agresiones verbales, que fueron creciendo cada vez más y con mayor crueldad, pasaron casi enseguida al ataque físico. Algunas piedras, al principio. Luego, con esa ira que es más ciega cuando es de muchos, comenzaron a armarse con palos y algunas herramientas y lo cercaron. Rodeándolo, se disponían ya a atacarlo cuando el chico se abrió paso entre todos y se puso junto a su amigo jorobado. Hubo un instante de duda. Y fue entonces que el niño les hablo y les dijo: "No pueden tocarlo. Gracias a él muchas desgracias que pudieron ocurrir en nuestro pueblo no ocurrieron, muchos enemigos se amigaron, muchas familias siguen unidas, muchos hombres conservan sus trabajos y muchas mujeres a sus hijos. Nos trajo el bien y ustedes eligen ahora pagarle con el mal y él no puede hacer nada para evitarlo... Nunca me dijo quién es, pero yo lo sé..." Y, dicho esto, tomó la capa del deforme y la arrancó de un tirón. En ese momento quedaron al descubierto dos bellas y luminosas alas a las que todos, hasta entonces, habían confundido con una joroba. El ángel besó al niño en la frente y se fue en silencio, sin un reproche, caminando en medio de los hombres del pueblo que se abrían a su paso estupefactos, dejando caer sus armas y mas de una lágrima, aún los más rudos...

martes, 3 de febrero de 2009

La envidia... que mala es la envidia...


Fábula de la serpiente y la luciérnaga
Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.
La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: -¿Puedo hacerte tres preguntas?

- No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente.

Entonces dime:
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

- ¡No!, contestó la serpiente.

- ¿Yo te hice algún mal?

- No!, volvió a responder su cazadora.

- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?

- ¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la serpiente.

lunes, 2 de febrero de 2009

Mientras no te rompas conservas tu valor

¿Sabes cuánto vales en realidad?
Alfredo, con el rostro abatido de pesar se reúne con su amiga Marisa en un bar a tomar un café.Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación...todo parecía estar mal en su vida.
Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 dólares y le dijo: - Alfredo, quieres este billete ? Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo: - Claro Marisa...son 50 dólares, quién no los querría ? Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bollo. Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo volvió a preguntarle: - Y ahora igual lo quieres ? - Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 dólares, claro que los tomaré si me lo entregas. Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado. - Lo sigues queriendo ? - Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor...
- Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, SIGUES siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado. Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: - Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete NUEVO de 50 dólares para poder usar con el próximo amigo que lo necesite !! Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente MERECEMOS MAS y que PODEMOS CONSEGUIRLO si nos lo proponemos ? Claro que el mero propósito no alcanza...se requiere de la ACCIÓN para lograr los beneficios. Yo sé que se puede y que existen innumerables caminos para conseguirlo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Lo que hay dentro es lo que nos hace subir o bajar


Globos
Un niño negro contemplaba extasiado al vendedor de globos en la feria del pueblo. El pueblo era pequeño y el vendedor había llegado pocos días atrás, por lo tanto no era una persona conocida....
En pocos días la gente se dio cuenta de que era un excelente vendedor ya que usaba una técnica muy singular que lograba captar la atención de niños y grandes. En un momento soltó un globo rojo y toda la gente, especialmente los potenciales, pequeños clientes, miraron como el globo remontaba vuelo hacia el cielo.
Luego soltó un globo azul, después uno verde, después uno amarillo, uno blanco...
Todos ellos remontaron vuelo al igual que el globo rojo...
El niño negro, sin embargo, miraba fijamente sin desviar su atención, un globo negro que aún sostenía el vendedor en su mano.
Finalmente decidió acercarse y le preguntó al vendedor: Señor, si soltara usted el globo negro. ¿Subiría tan alto como los demás?
El vendedor sonrió comprensivamente al niño, soltó el cordel con que tenía sujeto el globo negro y, mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo:

No es el color lo que hace subir, hijo. Es lo que hay adentro.