Un mundo de ILUSIONES

Este lugar es habitado por las niñas y los niños perdidos liderados por el héroe o quizás heroína, Peter Pan. La población de dicho país agrupa también a temibles piratas como el Capitán Garfio y salvajes indios. Otros tipos de seres como el hada, Campanilla y el Cocodrilo que se llevó la mano del Capitán Garfio habitan este lugar donde el tiempo no avanza y las aventuras predominan por cualquier rincón. De acuerdo con la leyenda, si alguien desea llegar a este lugar deberá de girar la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer.

lunes, 10 de mayo de 2010

Pobre cuervo...

EL PÁJARO MARAVILLOSO

Dicen que dicen que tiempo atrás en el bosque que bordea las montañas del norte había un maravilloso pájaro inteligentísimo y despierto que incluso sabía hablar.
Emperadores, ministros y potentados de muchos países habían enviado gente para atraparlo y algunos incluso fueron ellos mismos, pero nadie pudo conseguirlo. Sin embargo, el pájaro no se movía nunca de la rama de un pino milenario, siempre trinando y trinando.
Cuentan que aquellos que tanto iban y venían en busca del pájaro terminaron por dejar un camino en la montaña.
He aquí que la historia del maravilloso pájaro llegó luego a oídos del rey Yiertegeer, del este, quien pensó: “¡Qué pájaro tan terrible! Dicen que nadie ha conseguido atraparlo. Pero de todos modos yo lo lograré!” Y dicho esto se dispuso a partir.

El rey llegó hasta el bosque de que hablábamos, hasta que se detuvo bajo las frondosas ramas de aquel pino milenario. Pero el ave no se asustó ni escapó sino que se dejó atrapar. El rey quedó loco de alegría. Cuando iban en camino de regreso, el pájaro le habló: “¡Respetado rey! Me ha atrapado sin ningún esfuerzo. No obstante, en el camino de regreso no debe exhalar grandes suspiros, ni quedarse en silencio y cabizbajo; de lo contrario me escaparé en un abrir y cerrar de ojos. Por lo tanto, sea como sea, en la marcha siempre tiene que ir hablando alguno de los dos.”
- Está bien – le contestó el rey –, entonces cuenta tú alguna cosa.
- Bueno, le contaré al rey una historia – repuso el pájaro –. Cuentan que había un lugar donde vivía un buen cazador con un buen perro. En cierta ocasión el cazador salió de excursión con su perro y de pronto se encontró una carreta repleta de riquezas en pleno valle. La carreta estaba rota y detenida en ese lugar y su dueño se hallaba sentado mostrando su preocupación. Los hombres intercambiaron algunas palabras formales y se sentaron juntos a fumar un cigarrillo. El de la carreta dijo:
- Hermano cazador, yo quiero ir hasta la aldea que queda más adelante para conseguir alguien que arregle la carreta. Te pido por favor que te quedes aquí con tu perro a cuidarme la carreta.
- Bien – aceptó el cazador y el otro hombre muy contento atravesó la montaña.
El cazador esperó hasta la tardecita y como el dueño de la carreta no volvía pensó: “Mi vieja madre está mal de la vista. Es posible que desde la mañana no haya probado bocado”. Le habló a su perro:
- Quédate aquí cuidando hasta que regrese el dueño de la carreta. No dejes que se roben nada. Yo regreso a hacerle la comida a mi mamá –. Y se marchó.
El perro, fiel al mandato de su amo, se ocupó de cuidar que el buey que tiraba de la carreta no se apartara del sitio y al igual que un sereno, estuvo todo el tiempo dando vueltas de aquí para allá alrededor del vehículo.
El propietario de la carreta pasó por muchas aldeas hasta que por fin hacia la medianoche encontró quien la reparara. Cuando volvió, se dio cuenta que el cazador no estaba mientras que el perro se había quedado a cuidar fielmente la carreta. El hombre se dijo que aquél era en verdad un animal muy bueno y lo premió con algunas piezas de plata, ordenándole que se fuera. En ese momento el cazador estaba justamente en la puerta de su casa esperando el regreso de su mejor amigo. Nada más ver a su amo dejó en el suelo la plata que traía en el hocico. El cazador se enfureció, rezongándole: “Te he dicho que cuidaras bien de que no robaran nada y tú sales robando piezas de plata”. Y terminó matando a palos al buen can.
- ¡Ay! ¡Qué descuido tan grande! ¡Matar por error a un perro tan bueno! – exclamó el rey.
- Ha suspirado – dijo el pájaro, y en un abrir y cerrar de ojos se le voló de las manos.
El monarca se reprochaba a sí mismo: ¿Cómo pude olvidarme de que no tenía que suspirar? Entonces desanduvo el camino y atrapó por segunda vez al pájaro en la rama del vetusto pino. El ave comenzó a hablar:
- Bueno, ahora te relataré otra historia. Se cuenta que había un lugar donde una mujer tenía un buen gato. Un día, la mujer tenía que ir a traer agua del pozo y le dijo al felino: “Cuida bien al bebé que está en la cuna”. Después de que la mujer salió el gato se tiró al lado de la cuna espantando las moscas y los mosquitos. De repente, desde la puerta apareció un ratón grande con toda la intención de morderle la oreja al niño. Muy enfadado, el gato se dispuso a atrapar el ratón. Pero en ese mismo momento otro tan grande llegó a todo correr y de un mordisco se llevó la oreja del bebé, quien comenzó a llorar del dolor.

El gato, que estaba persiguiendo al primer ratón, se pegó el gran susto y volvió corriendo al cuarto, mató al roedor en la puerta, llegó hasta la cuna y se puso a lamer la oreja del niño que manaba sangre. Cuando llegó de vuelta la mujer y vio aquello no pudo contener su indignación. “Te mandé que cuidaras al niño pero tú, malvado, le has comido la oreja”. Hablando así, dio al gato una golpiza que lo dejó muerto. Pero tan pronto dio vuelta la cabeza notó que había un ratón muerto atrás de la puerta, con la oreja del niño entre los dientes. Al darse cuenta de su error comenzó a llorar.
- ¡Ay! ¡Pobrecito! – volvió a exclamar el rey y no más hacerlo el pájaro ¡zás! se le voló de las manos.
El rey desanduvo por tercera vez el camino, llegó hasta el pájaro y lo volvió a atrapar en el mismo lugar de siempre. Luego emprendió el escabroso camino de regreso a través de la montaña. En la marcha el pájaro le volvió a contar un cuento. – Hubo una vez un año de grandes sequías – comenzó el ave astuta – y un hombre llamado Aerbai abandonó la zona afectada por la hambruna. El sol apretaba recio en el camino y el pobre tenía la garganta tan seca que ya no podía caminar, por lo cual se sentó bajo una alta roca a esperar la muerte. De súbito escuchó un “glu, glu, glu,” o sea el ruido de agua goteando: descubrió así que el líquido bajaba de lo alto de la gran roca. Sin caber en sí de alegría Aerbai sacó inmediatamente su tazón de madera para recibir el precioso líquido. Cuando logró no sin dificultades llenar el tazón y ya se lo estaba llevando a los labios, apareció de pronto un cuervo que con sus alas le volcó el recipiente. ¡Este maldito pajarraco me ha derramado el agua que Dios misericordioso me ha obsequiado gota a gota! – exclamó furioso, y recogiendo una piedra persiguió al cuervo hasta que lo mató. Nada más llegar hasta el lugar donde había ultimado al cuervo descubrió que un poco más adelante salía agua de la grieta de una roca. Una vez más se puso muy contento, bebiendo hasta hartarse. Pero cuando volvió a donde había estado sentado y recogió su paquete, levantó la cabeza y descubrió una gran serpiente que dormía encima de la roca, en tanto de su boca manaba un líquido. ¡Ay! Quiere decir que el “agua” que yo había juntado era el veneno de esta serpiente y el cuervo me salvó la vida – pensó el hombre con lágrimas de arrepentimiento.
- ¡Ay! – exclamó el rey - ¡Pobre cuervo! ¡Sacrificó su vida para salvar a otro!
- ¡Otra vez ha fracasado! – gritó el pájaro y volvió a echar vuelo.
- Se acabó, realmente no hay manera de atrapar a este pájaro – pensó el rey y regresó a su palacio.
(Cuento de la nacionalidad mongola)

jueves, 15 de abril de 2010

El miedo está dentro de nosotr@

El Ratón Preocupado

Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió... en un gato.

Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador.

Llegado a este punto el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: "Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón."
Anthony de Mello

miércoles, 14 de abril de 2010

Empatía

Los ancianos desterrados
Había una vez un rey muy cruel que decidió desterrar a todos los ancianos de su reino y enviarlos a vivir a un país remoto. Así lo informó a sus soldados.
—Llévenlos lejos de aquí. No sirven para nada. Sólo comen y duermen, pero no trabajan —les ordenó y los amenazó con castigarlos si no obedecían.
Todos siguieron sus instrucciones, excepto uno de ellos, llamado Janos, que amaba mucho a su padre. De modo que le acondicionó una habitación secreta en su casa y allí lo mantenía oculto con todos los cuidados necesarios.
Pasaron los meses y una gran sequía cayó sobre el reino. Los ríos y los lagos perdieron sus aguas, los árboles quedaron sin fruto y los graneros se vaciaron en cuestión de días. Preocupado por el riesgo de la hambruna, el rey llamó a los soldados.
—Les ordeno que encuentren trigo para alimentar al pueblo. De lo contrario los encerraré a todos en un calabozo.
Los soldados salieron, muy tristes, pues en realidad no había forma de cumplir ese mandato. Janos llegó cabizbajo a su casa y fue a la habitación donde su padre permanecía oculto.
—¿Qué te pasa, hijo? —preguntó el anciano. Janos explicó en detalle la grave situación en que se hallaba.

—No te preocupes, tengo una solución para ti —lo tranquilizó su padre. —Cuando trabajaba como labrador, hace muchos años, me llamaba la atención observar a las hormigas que llevaban cientos de granos de trigo a sus hormigueros. Diles a tus compañeros que abran todos los que encuentren en el campo y estarán llenos.
Sin revelar dónde había obtenido esa idea Janos fue con los demás soldados en busca de los hormigueros. A todos les alegró mucho encontrar grandes depósitos de trigo y llenar varios costales. Al día siguiente los presentaron al rey. Éste se sorprendió al oír la ingeniosa manera en que los habían conseguido.
—¿Cómo se les ocurrió? —les preguntó.
—Fue idea de Janos —comentaron.
—Explícame tú, entonces —ordenó el rey.
—Majestad, temo hacerlo pues sé que me castigará.
—Dime, y no te pasará nada malo —prometió el rey, cada vez con más curiosidad.
Janos le contó que su padre anciano, a quien mantenía oculto en su casa, le había dado el consejo.
El rey quedó en silencio por un largo rato y luego tomó la palabra.
—Ahora me doy cuenta que fui muy torpe al desterrar a los ancianos de este reino —reconoció. —Los conocimientos que han acumulado en su vida son una valiosa fuente de sabiduría.
De inmediato, ordenó que los ancianos desterrados regresaran a la ciudad y así ocurrió. Cuando pasó la sequía todos los habitantes recordaron que uno de ellos los había salvado de morir de hambre.

—Adaptación de un cuento tradicional búlgaro.

lunes, 12 de abril de 2010

Conservar el camino

Cómo Se Escribió el Libro Tao Te King
¿Cómo se escribió uno de los libros más importantes del mundo? En el año vigésimo tercero del reinado de Zhao, Lao Tse percibió que la guerra terminaría por destruir el lugar donde vivía. Como había pasado años meditando sobre la naturaleza de la vida, sabía que en ciertos momentos es preciso ser práctico. Decidió, entonces, tomar la decisión más simple: mudarse.

Tomó sus pocas pertenencias, y partió en dirección a Han Keou; en la puerta de salida de la ciudad, encontró un guardia.

— ¿Adónde va tan importante sabio? —preguntó el guardia —.
— Lejos de la guerra.
— No puede irse así. Me gustaría mucho saber qué fue lo que aprendió en tantos años de meditación. Sólo lo dejaré partir si comparte conmigo lo que sabe.

Nada más que para librarse del guardia, Lao Tse escribió ahí mismo un pequeño librito, cuya única copia le entregó. Después, continuó su viaje, y nunca más se oyó hablar de él.

El texto de Lao Tse fue copiado y recopiado, atravesó siglos, atravesó milenios, y llegó hasta nuestro tiempo. Se llama Tao Te King, está publicado en portugués por varias editoriales, y es una lectura obligada. Aquí va una de sus páginas:

Aquel que conoce a los otros es un sabio,
Aquel que se conoce a sí mismo es un iluminado,
Aquel que vence a los otros es fuerte,
Aquel que se vence a sí mismo es poderoso,
Aquel que conoce la alegría es rico,
Aquel que conserva su camino tiene voluntad.

Sé humilde, y permanecerás íntegro,
Inclínate, y permanecerás erguido,
Vacíate, y permanecerás repleto,
Gástate, y permanecerás nuevo.

El sabio no se exhibe, y por eso brilla,
No se hace notar, y por eso es notado,
No se elogia, y por eso tiene mérito,
Y porque no está compitiendo, nadie en el mundo
puede competir con él.

Autor Desconocido

sábado, 10 de abril de 2010

La libertad

El autobús y el ferrocarril

En la plaza de la estación del ferrocarril, un autobús esperaba a los viajeros que debían llegar en el tren de las 9 de la mañana. Este llego con toda puntualidad y, durante los minutos en los que el tren aguardaba a que le dieran la salida y el autobús iba recibiendo a los pasajeros y sus equipajes, ambos entablaron esta conversación:

-Querido autobús, tu haces lo que te viene en gana; puedes circular con plena libertad; vas por donde te apetece; se te antoja girar a la izquierda o a la derecha , nadie ni nada te lo impide; tu eres libre de verdad . ¡Que suerte tienes! Yo, en cambio, siempre estoy sujeto a estas vías de hierro; ¡Que desgracia la mía si intentara salirme de estos rieles que marcan inexorablemente mi camino!

-¡Cuanta razón tienes, viejo amigo ferrocarril! Yo puedo escoger mi ruta y cambiarla cuantas veces lo desee; puedo descubrir lugares nuevos, horizontes insospechados; incluso, si me apetece, me detengo en una pradera verde y descanso un ratito mientras mis ocupantes toman su almuerzo. Es cierto, pero no todo es tan bonito.
¿ Tú sabes la cantidad de peligros a los que estoy expuesto a cada instante?

Debo andar de ojo avizor en cada paso que doy; los otros vehículos me asaltan por todos lados. ¡Ay de mí, si me disgusto un segundo! ¿Y si me salgo de la carretera? ¿ Y si me arrimo demasiado a la cuneta? ¿Y si me deslumbra el automóvil de enfrente? La catástrofe puede ser monumental.

-Es verdad, no se me había ocurrido. Mi sumisión a la vía reduce mi libertad, pero aumenta mi seguridad. Puedo circular kilómetros y kilómetros con los ojos cerrados y puedo alcanzar velocidades de en sueño...siempre que no me salga de mis pulidos rieles. No soy dueño de mi dirección: mi itinerario me lo marcan los demás; y los cambios de agujas me solucionan las encrucijadas que me podrían hacer dudar.

-Si, viejo tren. Nos ocurre cono a las personas ¿sabes? A mas libertad, mas riesgos, mayores peligros, mas responsabilidad ante las decisiones. Es muy bello ser libre, pero también es muy difícil. El precio que hay que pagar por la libertad es altísimo, pero vale al pena.

El dialogo quedo interrumpido por el silbido del jefe de estación que daba la salida al expreso Madrid – Barcelona. Al mismo tiempo alguien, dentro del taxi preguntaba en voz alta:

-¿ Por donde vamos a pasar?

—Cuento popular.

viernes, 9 de abril de 2010

La escalera del deseo.

Era una noche tranquila, pero el corazón de una persona estaba muy inquieto. Tenía una meta en su corazón, pero su mente estaba tan confundida que no sabía por dónde empezar ni cómo hacer para cumplir su meta. Esa noche, luego de dar muchas vueltas en la cama, se durmió. En el transcurso de la noche tuvo un sueño:

El se encontraba en una hermosa pradera con árboles y un hermoso paisaje de montañas. Mientras miraba este hermoso paisaje, notó algo que le llamó mucho la atención: un gran grupo de personas que se dirigían hacia el mismo lugar. Avanzó unos pasos para ver hacia dónde iban y logró ver a la distancia una escalera que tenía su base en la tierra mas no se veía su final. Picado por la curiosidad se dirigió con el resto de la gente hacia el lugar. En la base de la escalera había dos columnas que sostenían un cartel que decía: bienvenidos a la escalera del deseo, en donde sus deseos serán cumplidos. Leyó atentamente el cartel y se decidió pasar para empezar a subir la escalera.

Al llegar a la base de la escalera, arriba del primer peldaño había un cartel que decía: VOLUNTAD: solo pueden ingresar a la escalera las personas que tienen voluntad de empezar a cumplir su deseo. La mayoría de la gente subía el primer tramo de la escalera sin dificultad, aunque algunos no poseían suficiente voluntad y dejaron la escalera.

Luego de subir un buen tramo de la escalera apareció otro cartel que decía: DECISIÓN: solo las personas que pueden decidir clara y decididamente podrán continuar. Algunas personas con falta de decisión quedaron atrás. No se decidían y titubeaban para emprender algo que los ayude a cumplir su deseo.

Luego de subir varios escalones apareció otro cartel que decía: ESFUERZO: Solo pueden continuar las personas que están dispuestas a hace el esfuerzo necesario para continuar. Ahora era menor la cantidad de personas que pasaron este cartel, luego de varios escalones, más personas dejaron la escalera.

Luego de pasar los peldaños del esfuerzo apareció un cartel muy especial, este decía: PERSEVERANCIA: solo los perseverantes llegarán al final. Lo que más le sorprendió en esta parte del sueño era que todas las personas pasaron el cartel. Pero, el tramo parecía interminable, uno a uno fueron dejando la escalera hasta que quedaron unos poquitos.

Luego de un interminable trecho apareció otro cartel que decía PRUEBA: aquí tu voluntad, tus decisiones, tu esfuerzo y tu perseverancia serán probadas. ¡Que tramo tan difícil! Muchas personas se desanimaban y dejaban de subir por las escaleras. Gran parte de las personas que llegaron a este punto de la escalera dejaron al primer obstáculo que se les cruzó.

Al fin terminó el tramo de prueba y llegó a un cartel que decía META. Hacia los costados de la escalera se podía ver la pradera, las montañas y el cielo. Algunas personas al observar esto se tentaron con lo que les ofrecía esa hermosa vista y dejaron automáticamente la escalera. El resto de las personas que quedaron, pasaron el cartel de la meta. Luego de unos peldaños llegaron a una base plana. En el medio había como un altar y en medio de él, una llave. Luego del altar había una puerta que permanecía cerrada. En el altar había un letrero que decía: todo aquel que está dispuesto a cumplir su deseo, tome con su mano la llave y colóquela en la puerta.

Ansioso y motivado por la curiosidad acerca de lo que había detrás de la puerta, tomó la llave con su mano y la colocó en la puerta. Esta instantáneamente se abrió. Cuando miró hacia dentro despertó. La oscuridad de su habitación le rodeaba. Ahí supo qué debía hacer para cumplir su deseo: tener voluntad de emprender el camino para cumplirlo, saber tomar decisiones, poner todo el esfuerzo necesario para lograrlo, ser perseverante y no bajar los brazos.
(Anónimo)

miércoles, 7 de abril de 2010

Intentaré ser de la mejor manera posible

El Cuento de la Fresa
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
—¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
—No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda."

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podéis disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podéis marchitarte en tu propia condena...
Jorge Bucay