Un mundo de ILUSIONES

Este lugar es habitado por las niñas y los niños perdidos liderados por el héroe o quizás heroína, Peter Pan. La población de dicho país agrupa también a temibles piratas como el Capitán Garfio y salvajes indios. Otros tipos de seres como el hada, Campanilla y el Cocodrilo que se llevó la mano del Capitán Garfio habitan este lugar donde el tiempo no avanza y las aventuras predominan por cualquier rincón. De acuerdo con la leyenda, si alguien desea llegar a este lugar deberá de girar la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Las Alas son para volar

Entre todos y todas vamos a construirnos las alas...
Me acabo de acordar de un lema que a tod@s nos es muy familiar: "sin riesgo no hay gloria".

LAS ALAS SON PARA VOLAR

Cuando se hizo mayor, su padre le dijo:”Hijo mío: no todos nacemos con alas. Si bien es cierto que no tienes obligación de volar, creo que seria una pena que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado”.
- Pero yo no sé volar- contestó el hijo.
- Es verdad... – dijo el padre. Y, caminando, lo llevó hasta el borde del abismo de la montaña-
- ¿Ves, hijo? Este s el vacío. Cuando quieras volar vas a venir aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y, extendiendo las alas, volarás.
El hijo dudó.
- ¿Y si me caigo?
- Aunque te caigas, no morirás. Sólo te harás algunos rasguños que te harán más fuerte para el siguiente intento – contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo a ver a sus amigos, a sus compañeros, aquellos con los que había caminado toda su vida.
Los más estrechos de mentes le dijeron: “¿Estás loco? ¿Para qué? Tu padre está medio loco... ¿Para que necesitas volar? ¿Por qué no te dejas de tonterías? ¿Quién necesita volar?”.
Los mejores amigos le aconsejaron : “¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol. Pero... ¿desde la cima?”.
El joven escuchó el consejo de quienes le querían. Subió a la copa de un árbol y, llenándose de coraje, saltó. Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero, desgraciadamente, se precipitó a tierra.
Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre.
-¡Me mentiste! No puedo volar. Lo he probado y ¡mira el golpe que me he dado! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno..
-Hijo mío - dijo el padre-. Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en paracaídas: necesitas cierta altura antes de saltar.
Para volar hay que empezar asumiendo riesgos.
Si no quieres, lo mejor quizá sea resignarse y seguir caminando para siempre.

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