
¿Cuánto cuesta un helado sólo?, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente. Treinta y cinco centavos dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. Quiero el helado sólo dijo. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño termino el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costo tragar con lo que vio. Allí puesto ordenadamente junto al plato vacío habían veinticinco centavos, su propina.
1 comentario:
presuponer y juzgar sin saber, a veces es lo que por lo menos a mi me hace morir de verguenza cuando descubro la realidad y aunque intento no hacerlo, a veces es inevitable y te sale solo.. Me gusto mucho esta historia es muy real, gracias por tus cuentos Isabel nos enseñan mucho sobre la vida y gracias por el mimos con el que los eliges para enseñarnos un poquito mas cada dia
Publicar un comentario