
EL HOMBRE ACOSTADO
Un hombre estaba extendido al borde de un camino. No estaba ni herido ni muerto, sino únicamente cubierto de polvo. Un ladrón le vio y se dijo:
- Seguro que es un ladrón que se ha dormido. La policía vendrá a buscarlo. Es mejor que desaparezca antes de que llegue.
Un poco más tarde, un borracho le dio la vuelta tambaleándose:
- ¡Mira lo que pasa por no aguantar la bebida! –comentó-. ¡Vamos, que te vaya bien, amigo! ¡Y la próxima vez, no bebas tanto!
Llegó el sabio. Se acercó y se dijo:
-Este hombre está en éxtasis. Meditaré a su lado.
(Vemos la realidad y a los seres de acuerdo a nuestras propias proyecciones. No vemos al otr@ tal como es realmente, sino tal como lo percibimos después de haberle hecho pasar por el filtro de nuestras proyecciones).
Un hombre estaba extendido al borde de un camino. No estaba ni herido ni muerto, sino únicamente cubierto de polvo. Un ladrón le vio y se dijo:
- Seguro que es un ladrón que se ha dormido. La policía vendrá a buscarlo. Es mejor que desaparezca antes de que llegue.
Un poco más tarde, un borracho le dio la vuelta tambaleándose:
- ¡Mira lo que pasa por no aguantar la bebida! –comentó-. ¡Vamos, que te vaya bien, amigo! ¡Y la próxima vez, no bebas tanto!
Llegó el sabio. Se acercó y se dijo:
-Este hombre está en éxtasis. Meditaré a su lado.
(Vemos la realidad y a los seres de acuerdo a nuestras propias proyecciones. No vemos al otr@ tal como es realmente, sino tal como lo percibimos después de haberle hecho pasar por el filtro de nuestras proyecciones).
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